Tuesday, October 17, 2006

Dificultades para comprender el Dharma

Hoy en día, las dificultades son enormes, ya que vivimos en una sociedad que nos ha enseñado a ser egoístas.
No hay sentido de cooperación, y las personas que se acercan a un centro Buddhista siempre están esperando algo a cambio.
El Dharma de Buddha es renunciar. No necesariamente renunciar a nuestra posición social o a nuestros bienes, sino simplemente renunciar a la importancia que les damos a esas cosas.
Cuando la gente pregunta si se cobra algo (la mayoría de los centros de enseñanza en occidente dependen de la colaboración financiera de los asistentes), generalmente sienten rechazo, creyendo que es posible mantener un lugar de práctica sin el aporte financiero de quienes van a recibir las enseñanzas.
No piensan en la cantidad de dinero que gastan en cosas inútiles (tinturas para el cabello, revistas, cine, diversión)...
En oriente, en los países donde el Buddhismo ha sido tradicional a lo largo de siglos, ya existe la costumbre de Dana, la generosidad, entre quienes asisten a templos y centros de Dharma. Por eso en esos lugares no se cobran aranceles o cuotas, sino que se confía en el apoyo material de la gente.
Como aquí no hay esa costumbre, la única forma de sostener las actividades es cobrando pequeños aranceles o cuotas sociales que permiten pagar los gastos que derivan de la propia actividad (alquiler de lugar, compra de elementos, etc.).
Pero más allá de estas pequeñeces materiales, lo más difícil es renunciar a la importancia personal.
Hoy, alguien llamó por teléfono y dijo: "yo ya sé meditar"...sus propias palabras nos están demostrando lo contrario. Quien sabe meditar habla poco y raramente habla de sí mismo con arrogancia.
El Dharma de Buddha es difícil. Pero necesario.

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