Thursday, December 28, 2006

Gathas 5. Thich Nhath Hahn

Manejando el auto

Antes de encender el auto,
sé adónde voy.
El auto y yo somos uno.
Si el auto va rápido, yo voy rápido.

En el libro "Ser la paz", yo explicaba estas cuatro líneas. Si somos concientes cuando encendemos nuestro auto, sabremos cómo usarlo apropiadamente. Cuando estamos manejando, tendemos a pensar en llegar, y sacrificamos el viaje por la llegada. Pero la vida debe ser hallada en el momento presente, no en el futuro. De hecho, podemos sufrir más después de llegar a destino. Si debemos hablar de un destino, ¿qué hay de nuestro destino final, la tumba? No queremos ir en dirección a la muerte; queremos ir en dirección a la vida. ¿Pero dónde está la vida? La vida sólo puede encontrarse en el momento presente. Por lo tanto, cada kilómetro que manejamos, cada paso que damos, debe traernos al momento presente. Esta es la práctica de la atención.

Cuando vemos una luz roja o un cartel de detención, podemos sonreir y agradecer, ya que es un bodhisattva que nos ayuda a regresar al momento presente. La luz roja es una campana de atención. Quizás hayamos pensado en ella como si fuera un enemigo, impidiéndonos llegar a nuestra meta. Pero ahora sabemos que la luz roja es nuestro amigo, que nos ayuda a regresar al momento presente donde podemos encontrarnos con la vida, la alegría y la paz. Aunque no seas el conductor, puedes ayudar a todos los que van en el auto si respiras y sonríes.
Hace algunos años fui a Canadá a guiar un retiro, y un amigo me llevó en auto por la ciudad de Montreal. Yo observé que cada vez que un auto se detenía frente a mí, veía la oración: "Je me souviens" ("yo recuerdo"), en la chapa patente. Yo no sabía qué querían recordar ellos, tal vez fuera su origen francófono, pero me dio una idea. Le dije a mi amigo: "Aquí tengo un regalo para todos ustedes. Cada vez que vean que un auto se detiene frente a ustedes con la línea 'je me souviens', pueden verlo como una campana de atención que los ayuda a recordar la respiración y a sonreir. Y tendrán cantidades de oportunidades de respirar y sonreir mientras manejan en Montreal".

¡Mi amigo estaba encantado! Le gustó tanto que compartió la práctica con más de 200 personas en el retiro. Después, cuando vino a visitarme a Francia, me dijo que París no era un buen lugar para practicar mientras manejaba, porque no había carteles 'je me souviens'. Le dije que podría practicar con los semáforos y los carteles de detención. Cuando se fue de Plum Village y volvió a Montreal me escribió una hermosa carta: "Thay, practicar en París era muy fácil. No sólo practicaba con los semáforos y los carteles de detención, sino que cada vez que un auto se detenía delante de mí, yo veía los ojos del Buddha parpadeando. Debía sonreirles a esos ojos".

La próxima vez que estés en un embotellamiento, no pelees. Pelear es inútil. Si te reclinas y sonries, disfrutarás del momento presente y harás felices a todos los que estén en el auto. El Buddha está allí, porque el Buddha siempre puede encontrarse en el momento presente. Practicar meditación es regresar al momento presente para encontrar la flor, el cielo azul, el niño, la brillante luz roja.

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