Friday, December 01, 2006

Iluminación del Buddha

El 8 de diciembre se conmemora la Iluminación del Buddha Shakyamuni bajo el árbol Bodhi.
Pero mucha gente se pregunta qué es la Iluminación.
En el contexto de las enseñanzas del Buddha significa transformar la mente.
Nuestra mente es un receptáculo de información, datos, ideas, pensamientos.
A lo largo de la vida recibimos toda clase de condicionamientos, y finalmente nos acostumbramos a la idea de que "somos" eso que pensamos, pero realmente eso que pensamos ha sido puesto allí por medio de la cultura, la educación, etc.

Iluminación es conciencia pura o plena, sin condicionamientos.
Los tres condicionamientos más grandes son la codicia, la ira y la ignorancia, dijo el Buddha.
Actuando a partir de estos condicionamientos generamos sufrimiento, propio y ajeno.
Cuando la mente se libera totalmente de estos condicionamientos, se dice que se ha logrado la iluminación.
Por supuesto, dentro del gran trabajo que supone deshacerse de estos condicionamientos existen escalas o pasos en el camino. Desde el punto de vista esencial, trascendente, no hay nada que buscar porque nuestra verdadera naturaleza es pura y brillante, igual a la de un Buddha o Despierto. Pero desde la perspectiva de nuestra realidad mundana estamos llenos de codicia, ira e ignorancia, y debemos hacer un esfuerzo por deshacernos de estos modelos mentales.

El remedio es simple aunque no fácil: las tres prácticas básicas que se resumen en el Óctuplo Noble Sendero, Sila, Samadhi y Prajña, son la llave que abre la puerta de la Iluminación.

Samadhi nos permite ver claro esos condicionamientos y ponernos a trabajar para erradicarlos.
Por medio de Sila aplicamos esta visión clara en la vida corriente y en las relaciones con los demás.
Si practicamos Samadhi y Sila, ya hay Prajña, sabiduría trascendente.

Luego, en el Zen, se exige un paso más: abandonar toda idea prestablecida, que también es un condicionamiento. Por eso a veces leemos, o se nos transmiten oralmente historias de maestros cuyo comportamiento parece extravagante. Ellos han abandonado las etiquetas y se mueven libremente por el mundo esencial.

A simple vista un iluminado Buddhista será igual a una persona común. Pero lo reconoceremos por sus virtudes incansables: generosidad, tolerancia, respeto, calma y aceptación de las cosas tal como son. No es un "luchador" porque los luchadores aun están en el mundo de pérdida y ganancia. Es un "no hacedor" que simplemente vive sin interferir, y actúa para el bien de todos sin esperar recompensas.

Claro está que en nuestro mundo "patas para arriba", un iluminado Buddhista se considera un obsesivo, un maniático, o un ser sin afecto. Nada más erróneo, aunque occidente se haya dejado llevar de las narices por una pseudociencia llamada psicología que apenas ha curioseado superficialmente por los laberintos de la mente humana.

Las enseñanzas del Buddha son la psicología esencial, que apunta a la raíz de la experiencia humana para cortar desde allí las causas de insatisfacción y sufrimiento.

La Iluminación de un Buddha se considera "insuperable y correcta" porque ha cortado definitivamente las causas de renacimiento en los seis mundos del samsara.
Si hoy en día los practicantes se empeñaran en poner en práctica sinceramente las enseñanzas del Buddha, indudablemente serían un ejemplo a seguir por muchas personas. Depende sólo de cada uno de nosotros.
Un día de práctica de Dana Paramita es un día de Iluminación insuperable.
Un día de egoísmo es un día de sufrimiento en los seis mundos.

Lo mismo se aplica a las demás prácticas enseñadas por el Buddha.

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